domingo, 23 de junio de 2013

Compañera


La canción es la amiga que me arropa
y después me desabriga.
La más clara y oscura, la más verde y madura,
la más íntima, la más indiscreta.

La canción me da todo, aunque no me respeta:
se me entrega feliz cuando me viola.
La canción es la ola que me eleva y me hunde,
que me fragua lo mismo que me funde.

La canción compañera, virginal y ramera.
La canción.

Comenzamos un día, en los tiempos
de siempre y todavía.
Comenzamos felices a juntar cicatrices,
como buenas señales de los años.

Y peldaño a peldaño levantamos paisaje
sin excusa, sin ruego y sin ultraje.
¿Quién se atreve a decirme que debo arrepentirme
de la esperma quemante que me trajo?
Porque sangra de abajo, yo no vendo ni rajo
mi pasión.

Entre drama y comedia he llegado
trovando a la edad media.
Torpe, pero sincero, aún no soy caballero
(y que el cielo me libre de cordura).

No me embriaga la altura ni me aburren los sueños.
No es por moda que estallo
y que me empeño.
El amor sigue en brete y el camino a machete,
mas no lloro por tal ni me amilano,
si conservo mis manos, mi sudor y el humano
corazón.