viernes, 2 de mayo de 2014

Cuando me abandone el alma



Cuando me abandone el alma
cumpliendo con mi destino,
se irá con ella mi sombra,
mi sangre espesa de grillos,
cantará en el jóven sauce
de los ríos de mis hijos.

Quizás añore mi muerte
cosas sencillas: mi casa,
algun sueño no cuajado,
mi hermosa y dulce nostalgia,
que siento cuando me acuden
los olores de la infancia.

La noble cara del campo
o matear un día llovido,
oir en el campo anciano
el coyuyal de changuitos,
y esos vinos guitarreados
en un remanso de amigos.

Cuando inaugures mi muerte
no llores mi noche negra,
sembrame en mi pago y luego
tapame con chacareras,
para que mi alma se lleve
el corazón de mi tierra.

Voy a añorar cuando muera
la tibia miel de tus labios,
tu boca enjambre de besos
y todos nuestros pecados,
aquellos que a mi existencia
dieron sentido y amparo.

En el mas allá quisiera
encontrarme en un camino
con aquel árbol que fuera
un pueblo de arpas y nidos,
hoy mi mesa y mi guitarra,
mañana mi último abrigo.

La muerte vive celosa
de mi amada flor la vida,
dicen que me anda buscando,
ojalá si un día me pilla,
me halle machao y cantando
pa´ que se muera de envidia.